Usted, como persona sagaz y despierta que no ha cursado la L.O.G.S.E., (por ese motivo está leyendo estas lineas) sabe que a día de hoy cualquier discusión política es simplemente despreciable.
Al menos la política entendida como la entiende el ciudadano medio (todavía medio, espere usted a que crezcan los retoños de la reforma) esto es:
-Aznar es la reostia. Zapatero un inútil. Inviértase para posición política contraria.
-Aznar nos metió en una guerra. Zapatero nos aleja de la política internacional.
- Etc. etc...
A ello se le han añadido las elecciones en E.E.U.U. Ver a sujetos presuntamente dotados de masa encefálica enfrascados en una discusión apasionada que finalmente deriva en ataque personal por apoyar bien a un empresario granjero-petrolero (Bush) bien a un niño bueno de cincuenta años (Kerry) produce en cualquier persona cuerda una sensación de ternura e hilaridad para con sus semejantes.
Pero la verdadera cuestión no es que la política actual sea simplemente despreciable es que además es aburrida y los argumentos manidos y por si fuera poco uno no puede ni tan siquiera rebatir a su oponente desde una perspectiva abstracta, puesto que la discusión requiere inefablemente el compararlo con el rival político de turno, véase: uno no puede deleitarse en la mofa a José María Aznar si no es con la defensa de Zapatero, puesto que el único argumento del atacado será embestir contra la otra opción, y si no existe otra se decantará por un: es lo menos malo y tan contento.
Frustrante.
Por ello, y dado que no quedan apenas personas en este mundo (apenas yo y después de mi el diluvio) con las cuales mantener una fina conversación sobre, por poner un ejemplo, las bondades del anarquismo de salón, debemos bajar al inframundo, esto es, discutir no ya de opciones políticas elegibles, no, vamos a disfrutar con el análisis de las elaboradas (cuídese ese ataque de risa) ideologías actuales...
Les parece bien empezar con el feminismo y sus colectivos... a mi me parece delicioso.
Estén atentos...